*Tallon*
Quince años después
Si había un lugar donde nunca quisieras pasar tu trigésimo tercer cumpleaños, era dentro de un bar local a medianoche bebiendo una cerveza fría en una ciudad prácticamente vacía, especialmente porque dicho bar era el lugar más cutre de toda la Toscana.
Pero aquí estaba yo, sentado en el taburete del bar y sin siquiera atreverme a poner las manos en el mostrador sucio, mientras el camarero nos miraba a mí y a mi compañero con una expresión agria como si estuviéramos arruinando su noche, lo cual podríamos estar haciendo ya que la última llamada fue hace dos horas.
¿Pero le importaba a dicho compañero?
—¡Feliz cumpleaños para ti!
No en lo más mínimo.
Hice una mueca al hombre fastidioso y demasiado entusiasta en sus treintas que actualmente estaba cantando la canción en mi oído, con su brazo enganchado sobre mi hombro mientras nos balanceaba de un lado a otro en los taburetes con una estúpida sonrisa melosa en su cara.
Odiaba cuando se emborrachaba.