*Natalia*
No sé por qué le desafié.
Siempre he sido impulsiva, pero desafiar al Don de la mafia italiana para conquistarme no solo era tomar el pastel, sino toda la maldita pastelería con él.
Quizás solo quería ver hasta dónde iría por mí, cuán profundas eran realmente las emociones que afirmaba tener. O quizás quería ponerlo a prueba, para ver si realmente podía capturar su corazón para mi familia, solo para romperlo en la peor forma posible.
O quizás quería ver si él también lo sentía, esta profunda conexión que nunca había experimentado antes con nadie, este intenso anhelo por estar a su lado, para hablar con él y estar cerca de él.
No lo sabía.
Cualesquiera que hayan sido mis expectativas, Tallon ciertamente las superó.
—¡Y voilà! ¡El mejor gelato del mundo! —Tallon sonrió como un niño, entregándome el dulce postre en una copa.