CAPÍTULO 56

PUNTO DE VISTA DE AMELIA

Kaden me dejó en casa sin siquiera un beso de despedida. Debería haberme sorprendido que él actuara como todo un caballero, pero yo quería más. Por más que lo intentaba, no podía dejar de pensar en cómo mi cuerpo se presionaba contra el suyo en la piscina. Me revolvía en la cama incapaz de deshacerme del ardor que quemaba entre mis muslos. No pude dormir hasta bien entrada la madrugada.

El entrenamiento pasó en un borrón porque Kaden estaba allí. Sentía sus ojos sobre mí todo el tiempo y eso me hacía cometer errores durante el entrenamiento. No ayudaba que llevara shorts y una camiseta ajustada. Podía sentir prácticamente cómo escudriñaba todo mi cuerpo, pero al igual que en el lago, no hizo ningún movimiento para actuar. Solo se quedó al margen y me observó. Al final del entrenamiento, esperaba que se acercara a mí o algo, pero se vio envuelto en una conversación y tuve que irme para no llegar tarde a clase.