PUNTO DE VISTA DE AMELIA
Kaden ya se había ido cuando desperté y sentí un pinchazo de soledad en el pecho. Anoche, se había acomodado entre mis muslos y me había hecho sexo oral mientras yo luchaba por mantenerme en silencio. Se aseguró de que tuviera dos orgasmos antes de acurrucarme en sus brazos. Yo quería corresponder, pero él me detuvo diciendo que solo quería abrazarme.
Me quedé dormida con mi cabeza en su pecho y su mano acariciando mi cabello y él me aseguró que estaría allí cuando despertara. Traté de reprimir la decepción que subió por mi pecho mientras me preparaba para el entrenamiento. Pasé por los movimientos en piloto automático tratando de no mirar al lado vacío de la cama donde Kaden había estado.