P.O.V DE AMELIA
Reconocí a Blake al instante y tragué.
—No tienes que hacer esto —comencé lentamente y él resopló.
—¿No tengo? Amelia, no sabes en qué lío te has metido.
Él agarró mi brazo bruscamente y me giró para que lo mirara, el filo afilado de su cuchillo ahora clavándose en mi estómago. El miedo me invadió, pero lo forcé a hundirse en lo más profundo de mi estómago. No estaba segura si él sabía sobre el bebé todavía, y no iba a darle una ventaja más sobre mí.
Lo observé. Parecía que no había dormido en días. Sus ojos estaban enrojecidos, tenía enormes bolsas debajo de ellos, y parecía desequilibrado. Sus manos estaban manchadas de sangre, y mi lobo me gritaba que me alejara de él.
—Me tocaste como un violín —escupió en mi cara—. Usaste mis sentimientos por ti en mi contra.
—Me apartaste de mi compañero, Blake. ¿Qué esperabas? No quería que llegara a esto. No tiene que ser de esta manera. Puedes regresar, lo culparé todo a Aiden, lo juro. ¿No podemos simplemente vivir?