—¿En qué se suponía que debía fijarse tan tarde en la noche?
Lucille no podía molestarse en levantarse. Cuando pensaba en aquel beso ambiguo de José, replicaba, «¡Me voy a dormir!»
Después de decir eso, no hubo ningún sonido fuera de la puerta.
Era tarde en la noche y estaba silencioso afuera de la villa.
Se movía de un lado a otro, incapaz de dormir por más que lo intentara.
Tan pronto como cerraba los ojos, pensaba en todo lo que había ocurrido en Dilsburg.
Pensaba en... esa persona.
—Frank —murmuró.
—¿Me pregunto cómo estarás?
Levantó la mano para tocar la luz frente a ella. Sin embargo, en ese momento, un ruido fuerte vino desde fuera de la ventana.
¡Bang!
—¿Qué estaba pasando? ¿Había un ataque?
Lucille se levantó e inmediatamente corrió a la ventana para abrir las cortinas.
Un montón de fuegos artificiales iluminaron el oscuro cielo nocturno.