Eso no podía ser. Había enviado a alguien a investigar antes de idear este plan. Lucille era solo una estudiante. ¿Cómo podía ser tan hábil en habilidades médicas como para obtener una licencia médica? ¡Era obvio que se estaba burlando de ella!
Fiona gritó:
—Estás mintiendo. ¡No tienes una licencia médica en absoluto!
Lucille le lanzó una mirada divertida.
—Nunca dije que la tuviera.
—Entonces, lo que acabas de decir es...
—Así es. Iré a buscarla para ti ahora mismo —dijo Lucille, señalando la sala de examen preparada por el hospital.
Como se esperaba de un hospital de primer nivel, tenía todo lo que una persona podría necesitar. El rostro de Fiona se tornó lívido en un instante. Se rió a carcajadas como si hubiera escuchado algún tipo de broma divertida. Se rió tanto que no podía mantenerse erguida.
—Oh, Dios mío. ¿Tú? ¿Crees que puedes hacer eso? ¡Jajaja! Hilarante. Es la primera vez que escucho a alguien decir algo así. ¡Qué descaro! ¡Siento que se me han abierto los ojos!