Se puso de pie, abrió los brazos, agitó la ropa en sus manos y gritó. Parecía que estaba luchando contra el oso pardo en un ring, lo que asustó tanto a los demás invitados que encogieron el cuello. ¿Qué le pasaba a Nicolás? ¿Se había vuelto loco de miedo?
Al ver que no respondían, Nicolás estaba tan ansioso que su cabeza estaba cubierta de sudor. Gritó:
—¡Levántense, igual que yo! ¡Tenemos que ahuyentar a este oso pardo!
Cuando los otros invitados oyeron eso, su primera reacción fue preguntarse si ese método funcionaría o no. Sin embargo, no tenían otra opción en ese momento. ¡Si no querían ser atacados por el oso pardo, solo podían hacer su mejor esfuerzo!
Liderados por Nicolás, sus miembros del equipo y el otro grupo de invitados también lo siguieron y rugieron al oso pardo. La escena era un poco espectacular e inexplicablemente graciosa. En la sala de transmisión, algunos de los espectadores insensibles comenzaron a golpear sus teclados. Se rieron: