Punto de Vista de Sophia
Alex abrió la puerta del coche y me sacó incluso antes de que Hunter lograra detenerse completamente. Me reí y lo abracé con fuerza. Lo extrañaba.
—El coche aún se estaba moviendo, Alex —escuché gruñir con enojo a Hunter.
Alex solo gruñó hacia él.
—¿Estás bien? —Alex me preguntó—. ¿Ha vuelto? ¿Puedes sentirlo? ¿Te duele?
Le acaricié la espalda y negué con la cabeza.
—Estoy bien —dije—. Aún no lo siento.
Alex suspiró aliviado y me soltó. Me miró de arriba abajo y lo vi relajarse un poco después de asegurarse de que estaba bien.
Miré detrás de él y sonreí a mis padres. Mi mamá extendió sus brazos hacia mí y la abracé con fuerza.
—Felicidades, cariño —dijo en voz baja—. Tienes una compañera asombrosa.
Sonreí y asentí. Tenía razón. Mi compañera era el hombre más asombroso del mundo.
Mi papá estaba al teléfono con alguien, pero me atrajo hacia él en un abrazo apretado y besó la parte superior de mi cabeza.