Punto de Vista de Logan
El alivio que me inundó cuando finalmente estreché a Emma en mis brazos fue tan intenso que casi me desmayé.
En un segundo, estaba abriendo la puerta a la fuerza, y al siguiente estaba de rodillas junto a su cuerpo frío e inmóvil.
—¡Cariño! —exclamé al tirarla hacia mis brazos.
Me arrodillé en el suelo y la atraje hacia mi regazo. Ella estaba tan fría y yo estaba aterrorizado. La apreté contra mí y respiré hondo.
Los nudos en mi cuerpo que se habían formado al verla en esta habitación comenzaban a aflojarse un poco. Finalmente la tenía en mis brazos.
Besé su frente y miré su hermosa cara. Estaba pálida y temblaba un poco.
No había notado eso antes.
—¿Logan? —me llamó Andrés, preocupado—. ¿Está bien ella?