—Y esta es una foto de él cuando no quería ponerse la ropa y caminaba en pañales. Era un bebé tan terco —exclamaba Georgina, señalando la foto de Zack.
Freya sonrió y se quedó mirando al bebé gordito. Era tan lindo con sus rizos negros en la cabeza y sus labios formando un pequeño puchero. A Georgina parecía encantarle tomar fotos de cada nueva cosa que hacían sus hijos. Había fotografías desde la primera vez que Zack estornudó hasta la primera vez que fue al baño solo. Era una suerte que Zack estuviera ocupado haciendo rondas en su mochila, de lo contrario, Freya estaba bastante segura de que la habría arrastrado hacia fuera antes de que su mamá pudiera mostrarle todas esas fotos.
La puerta principal se abrió y se cerró ruidosamente, lo que hizo que Georgina saltara del taburete y escondiera el álbum detrás de unas plantas. Zack entró a la cocina y levantó una ceja ante la escena que tenía frente a él.