Capítulo 37 Su Alfa Compañero 37

Freya:

Mi padre no parecía contento. No creo que ni siquiera notara a Zack parado justo a mi lado. Me miraba fijamente y todo lo que pude hacer fue devolverle la mirada como un ciervo ante los faros.

Estaba en problemas, y era culpa mía. Mis padres me habían prometido que me mantendría en contacto con ellos y les mantendría informados sobre todo, pero realmente no lo había hecho.

Además, había dicho mi segundo nombre, lo cual me decía en cuántos problemas estaba.

—Hizo un gesto hacia nosotros, sus ojos en mí —dijo él—. ¡Jovencita, debes haberme dado cincuenta canas en la última semana! Tu mamá casi se desmaya cuando se enteró de que eras la Luna. ¡Ni siquiera pensaste decírnoslo! ¿Qué hiciste tú...?

—Finalmente notó a Zack, y sus ojos se agrandaron mientras los recorrían los brazos de Zack enredados alrededor de mí.

—Luego sus ojos subieron hasta nuestros cuellos y casi se le salieron de las órbitas al ver nuestras marcas frescas.