Los labios de Zack recorrieron el cuello de Freya mientras ella gemía suavemente. Cada nervio de su cuerpo parecía estar en llamas mientras sus labios obraban maravillas. Ella arqueó la espalda y clavó sus uñas más profundamente en sus brazos con cada momento que pasaba.
Él expulsaba respiraciones irregulares y traqueteantes mientras lamía el ardiente punto en su cuello. Ella gimió suavemente y se retorció bajo él, sus caderas girando involuntariamente contra las de él.
—Zack —jadeó ella, separando sus labios por el placer que la recorría. Él levantó la cabeza y la miró a los ojos, observando sus mejillas sonrosadas y labios hinchados. Se inclinó de nuevo y tomó su labio inferior entre sus dientes.
—¿Cómo puedes ser tan adorable y sexy al mismo tiempo? —susurró, presionando su pulgar contra su labio inferior para partirlo. Ella lamió con hesitación la punta de su pulgar, esperando su reacción.