Capítulo 95 Su Compañero Roto

—¿Alguien puede despertar al maldito gatito? —alguien ha venido a recogerlo.

Los ojos de Seth aún estaban cerrados, no se atrevía a abrirlos de nuevo. ¿Para qué abrirlos si lo que le esperaba era más tortura? Se dio cuenta de que los dos hombres que estaban con ella estaban soltando las cadenas de la barra, provocando que su cuerpo cayera al suelo con un golpe. Un gemido de dolor se escapó de él ya que las heridas aún no habían sanado.

Escuchó su risa de nuevo y ordenó:

—Levanten a ese tipo, vamos a encontrarnos con la víctima, ¿de acuerdo?

A través de interminables giros y vueltas, Seth fue llevado escaleras arriba y llegaron a un alto repentino. Un grito ahogado, que sonaba masculino, resonó delante de él, estremeciendo lo que quedaba de su alma.

Cuando abrió los ojos con cansancio, se encontró frente a frente con su padre.

La expresión de Júpiter era de horror, con la boca totalmente abierta.

No podía creer que fuese su hijo.

Tampoco quería hacerlo.