—Seth... ¿qué vamos a hacer? Ni siquiera sé si quiero ir a guerra por esto. Ella busca venganza porque perdió a su cachorro. Júpiter la cagó —dijo Sarah, completamente estresada.
Su compañero permaneció en silencio, su rostro mostraba que estaba perdido en sus propios pensamientos.
—Cariño, ¿me estás escuchando? —preguntó ella, frunciendo el ceño y agitando su mano frente a su guapo rostro.
Él parpadeó y se dio cuenta de que ella estaba usando un nuevo apodo para él. Podía ver un ligero rubor en sus mejillas antes de que se aclarara la garganta.
—Ah... Lo siento. Solo estaba... ¿mi padre? ¿Por qué haría algo así? No puedo explicarlo.
Ella tuvo compasión de él, puso su mano en su hombro y lo apretó con fuerza.
—Honestamente, no sé por qué. Hemos estado escuchando la historia. También me cuesta creerlo. Ya que él pareció tan solidario con nosotros, y parece que también te tiene en muy alta estima —murmuró ella.
Un suspiro salió de su compañero.