CAPÍTULO 254 Coincidencia

Félix guiaba el camino y, en cuanto se abrió la puerta, fueron asaltados por el hedor metálico y nauseabundo de la sangre, y Lexi hizo todo lo posible por no arcarse.

—¡No! —gritó Félix incrédulo mientras corría hacia la cama, dejando huellas ensangrentadas en la sangre que se había acumulado en el suelo.

—¡Ella estaba justo aquí! —lamentó con angustia mientras Lexi y Adam intercambiaban una mirada antes de aventurarse más adentro de la habitación.

—¿Félix? —preguntó Lexi, la pregunta no formulada en su voz colgando pesadamente en el aire sobre ellos.

—¡Te juro que estaba justo aquí! —respondió Félix mientras señalaba el desastre sangriento en la cama.

—Espero que eso nos descarte como sospechosos en esto, Félix, hemos estado contigo todo el tiempo —comentó Adam con cuidado mientras barría la habitación con la mirada.

Félix lo miró con incertidumbre, pero incluso él tenía que admitir que no había manera de que Allen o Adam pudieran haber hecho algo así.