No les había llevado mucho tiempo a sus fuerzas limpiar los pasillos y recoger los cuerpos que habían quedado atrás.
Las pérdidas habían sido mínimas por su parte y considerando las fuerzas contra las que pensaron que se enfrentarían, sus planes habían significado que estaban mucho mejor equipados que el propio coven.
La Coven había dejado muy pocos prisioneros vivos, y los que aún respiraban estaban en bastante mal estado. Lexi y los demás sanadores y médicos habían hecho lo que podían, pero no se podían regenerar extremidades... no importa cuán competente fueras como transformista.
El Señor Brarthroroz había estacionado enormes cantidades de sus demonios dentro de los pasadizos y cavernas serpenteantes que la Coven había habitado previamente y regresó a la superficie con su portalmántico Steve a su lado.