122 — ¿Debo Calentarte?

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Cynthia se encontraba de pie frente a la ventana de su dormitorio, mirando a los sirvientes apresurarse allá abajo, ocupados en los preparativos para el baile anual celebrado por el rey para conmemorar el año nuevo.

—Aun cuando el país está en este estado, a él solo le importan sus fiestas —resopló Cynthia ante la actitud ridícula del rey.

No le importaba su gente y no podía ser más obvio. Había una pequeña cantidad de nobles en el país, lo que resultaba en un gran número de plebeyos que pasaban hambre en las calles, mientras algunos empezaban a morir.

Cynthia hizo todo lo posible por ayudar, enviando a Ying y a su gente con los recursos que podía encontrar, lo que resultó en que Ying descubriera su verdadera identidad.

—Al menos tú no eres como esos nobles. Tú realmente ayudas en lugar de soltar tonterías. Las acciones hablan más fuerte y ya has probado tu sinceridad —dijo él, sonriéndole como si nada hubiera cambiado— como si ella no le hubiera mentido para nada.