No DESBLOQUEES

Todos irradiaban silenciosamente preguntas locas, pero no encontraban ni una sola respuesta.

Por otro lado, Vicente estrelló su copa de vino con solo su agarre, incapaz de apartar los ojos de ellos, de Stella, su prometida. Tenía todas las ganas de acercarse a ellos y arrancarla de su abrazo. Tenía todas las ganas de salir corriendo de esa sala arrastrándola con él, pero no podía, no podía hacer nada. Así que, todo lo que hizo fue observar cómo su mano sangraba y mirar con ojos asesinos.

Pero su odio no era lo único que se esparcía por toda la habitación. Otra figura bien conocida se levantó, una que alguna vez fue anunciada como la prometida de Valérico. Todos los ojos estaban sobre ella, juzgando y preguntándose qué estaba pasando. ¿No debería ser ella la que estuviera allí con Valérico? ¿No debería ser ella la que el hombre estaba apoyando? ¿Por qué estaba él con otra mujer y ella estaba sola?

Ahora, todos estaban completamente confundidos.