—Rosa nunca luchó una sola vez por él, ni siquiera le suplicó que lo dejara salir, permitió que se marchitara allí, hasta que la mente del chico se quedó en blanco, jodida, hasta que olvidó qué poco de las emociones que afortunadamente tenía. Todo se le fue arrebatado y orgullosamente por él mismo. Esa fue la oportunidad que tomó para moldear al chico en lo que él quería, pero una vez más, él buscaba la libertad y trataba de escapar de su propio agarre.
—¿Cuánto más, durante cuánto tiempo tiene que recordarle una y otra vez, que no puede? ¿Por qué está siendo tonto? ¿Cree que casándose con esa chica, un omega recesivo además, pavimentará su camino hacia la libertad? Libertad de él mismo, y de los demonios que se sientan tranquilamente dentro de él.