Esperanza Para El Futuro

Esme extendió su mano hacia Naya y la ayudó suavemente a ponerse de pie, dejando a Naya sorprendida y momentáneamente confundida.

No había esperado una reacción como esa.

Mientras se levantaba, Esme le regaló una sonrisa suave antes de abrazarla en un abrazo que parecía más calculado que reconfortante. Con sus labios cerca del oído de Naya, susurró en un tono bajo y firme.

—Ambas sabemos que no te disculpaste de verdad —murmuró Esme, sintiendo el cuerpo de Naya tenso en su abrazo—. Así que no perdamos tiempo fingiendo. Solo te pido que te mantengas alejada de mí y de mi hermano. Haz eso, y no habrá más problemas entre nosotras. ¿De acuerdo?

Los ojos de Naya se agrandaron de shock ante la inesperada franqueza de Esme, y retrocedió instintivamente para ver a Esme aún sonriéndole. Esme era una mujer tan hermosa que esa sonrisa haría caer de rodillas a cualquier hombre, pero a Naya le resultó incómoda. Luego, Esme se dirigió a Donovan y habló con calma.