Donovan no es el verdadero portador

—Deberás tomar esto diariamente —instruyó Esme con dulzura, su voz suave y llena de preocupación genuina—. Al menos durante toda la semana. Vamos a monitorear tu horario de sueño desde ahora hasta el final de la semana. Si necesitas algo más, no dudes en venir a mí. Haré lo que pueda para ayudarte. Intenta descansar, ¿de acuerdo?

Altea dejó su tazón vacío en la mesa, sus dedos se demoraron en su borde antes de que su mirada se desviara hacia Esme. Por un momento fugaz, un destello de gratitud apareció en sus ojos, rompiendo las sombras de su cansancio y preocupación. Pero la solemnidad regresó rápidamente mientras miraba hacia abajo, al tazón que había drenado con desesperación.