Ryan no entendía. Sus cejas se fruncieron en confusión.
Al ver su expresión, ella se explayó.
—Si realmente te hubiera amado, no habría seguido adelante tan fácilmente como lo hice —ella encontró su mirada, su voz firme—. Puesto que lo hice... significa que nunca estuve enamorada de ti.
El aliento de Ryan se cortó.
Fue una declaración simple: calma y sin emoción. Pero se sentía como si lo estuviera destrozando... de nuevo.
Ella no lo amaba. Pero, ¿cómo podría ser eso posible?
¿Acaso no lo dibujaba en su diario, escribiendo todas esas emociones y sentimientos? Si eso no era verdad, ¿qué más lo era?
¿Cómo podría negar las emociones que alguna vez tuvo por él?
—Me amabas —insistió él, su certeza vacilante pero su esperanza aún viva—. Si no fuera así, no habrías hecho todo lo que hiciste en aquel entonces. Aceptaste nuestro compromiso sin mostrar ninguna reluctancia. Si no hubiera sido tu deseo, ¿cómo pudiste aceptarlo tan fácilmente?