¿Quién eres tú?

Arwen lo miró fijamente durante un momento.

Su expresión parecía tan sincera que nadie dudaría de sus palabras o intenciones hasta tener pruebas irrefutables en su contra.

Pero aún así…

Ella tampoco podía obligarse a creerle ni a sus palabras.

Aun así, aunque no confiara en él, había algo que quería saber.

O, mejor dicho, quería confirmar algo.

—Está bien —dijo ella, su voz calmada pero firme—. Entonces, dime… esa noche cuando fuiste allí para salvar a Delyth, ¿realmente no te arrepentiste de dejarme allí para morir?

Sus ojos estudiaban su rostro, observando su expresión, todo tan minuciosamente.

Ryan sintió que su pecho se apretaba.

La miró como si buscara su mirada, esperando —rogando— que ella le creyera.

Pero la expresión de Arwen seguía siendo inescrutable. No importaba cuánto intentara, no podía descifrar lo que ella pensaba mientras le hacía esa pregunta.