Más amable de todos.

Gianna miró hacia Arwen, sus ojos brillaban como si hubiera descubierto la solución perfecta, una que nunca podría fallar, no importa qué.

—Wenna, siempre que le cuentes todo esto a tío, él encontrará una forma de conseguir la evidencia contra esa p*rra —dijo, su voz rebosante más optimista que antes—. Créeme, siempre tiene uno o dos ases bajo la manga. No importa cuán astuto sea el oponente, no pueden superarlo.

Arwen hizo una pausa ante sus palabras, como si realmente lo estuviera considerando.

Aunque no conocía en su totalidad las capacidades de Aiden, no subestimaba su alcance. Pero aún así...

Negando con la cabeza, desechó la idea. —No, no haremos eso —dijo firmemente.