En la subasta, el último artículo, el punto culminante del evento —el Collar de Diamantes Azules Victoriano— finalmente fue mostrado. Aiden se sentó en su caja VIP; su expresión indescifrable hasta que sus ojos se posaron en la pieza familiar. La que había venido a buscar. Una sonrisa lenta curvó sus labios.
—Señor, ¿lucharemos por esto? —preguntó Emyr, aunque ya sabía la respuesta.
Aiden asintió; su mirada fija en el collar.
—Consíguelo.
No habían levantado su paleta por un solo artículo en toda la noche. Aiden había estado callado, como si quisiera anunciar algo con su silencio —que había venido a comprar por una razón. Por una pieza. Por una persona.
La puja comenzó en tres millones. Pero en minutos, subió a quince millones. Viendo que la puja se acercaba a su pico, Aiden finalmente dio una señal a Emyr.
—¡Ahora! —dijo con calma.
Y al momento siguiente, sin titubear, Emyr levantó la paleta.
—Veinte millones.