Solo una persona derribaba puertas con tanta facilidad, pensó para sí mismo mientras miraba hacia arriba, sin sorprenderse al ver a Asher y Jael encaminarse directamente hacia él.
—¿Qué le pasó? —exigió inmediatamente Asher al doctor.
—Tropecé y me caí —Caspian recitó por vigésima segunda vez, seguro de que sus palabras debían estar perdiéndose en la traducción.
Alguien colgado en la puerta rota captó su acción, la incredulidad en los ojos de Caspian.
—¿Tú también por qué estás aquí? —preguntó exasperado al reconocer la familiar y corpulenta figura del Rey de la Mafia Nikolai.
Nikolai no podía muy bien admitir que había venido porque le hicieron creer que el Omega varón estaba en su lecho de muerte.
Y quería ver el sufrimiento de Asher de cerca... ya sabes, como venganza por las últimas tres horas que había sido obligado a pasar con él.
Pero eso sonaba ridículo ante la realidad, el bonito rostro de Caspian estaba intacto y muy enojado.