+Capítulo 179+

Caspian sí vino a buscarlo; el Omega había tenido tanta prisa que había olvidado quitarse el delantal.

Sus cabellos rubios pálidos asomaron en la sala de cine al mismo tiempo que Jael se volvía.

—Ven y siéntate —invitó Jael.

La habitación estaba oscura excepto por la gran pantalla, pero era suficiente para ver el agotamiento en el rostro de Caspian.

El Omega traía el aroma de las especias de la cocina al acercarse, su dulce fragancia apagada bajo el cálido aroma de la comida.

—¿Asher tuvo que irse de viaje de negocios? —preguntó Caspian con ojos esperanzados.

—Sí —respondió Jael, sintiendo volver la culpa.

—¿Cuánto tiempo estará fuera? —jugaba con su delantal, sin darse cuenta aún de que lo llevaba puesto.

—Una semana como máximo —dijo Jael y se levantó—. Deberías ir a descansar, te ves exhausto.

Caspian había estado mirando al espacio, pero se sacudió de eso cuando Jael se puso de pie, tomando la mano que le ofrecía el Beta.