+Capítulo 185+

Caspian se sentó en el sofá con las piernas recogidas, las bragas que llevaba hacían que las cosas estuvieran incómodamente apretadas, y las ligas se clavaban más ahora que estaba sentado.

—Sé lo que acepté —dijo con calma.

Sabía perfectamente que cada episodio de Asher era una apuesta con su vida en juego, y ni una sola vez había pensado en irse.

—Me gustaría que pudieras encontrar una puerta que realmente lo mantuviera adentro —dijo Caspian, la acusación en su voz era evidente.

Jael se rascó la cabeza de nuevo:

—La próxima opción es una puerta de hierro fortificada, y preferiría que no rompiera las paredes en su lugar.

Caspian rodó los ojos frustrado por eso, ¿por qué el Rey de la Mafia tenía que ser tan monstruosamente fuerte?

Solo estaba haciendo esto más difícil para ellos de lo que necesitaba ser.

—No me gustan esas opciones.

—Podrías irte —Juel arrojó a la mezcla, sabiendo bien que Caspian no lo haría.

—¿Qué tal algo útil? Como cuando puedo cambiarme a ropa cómoda.