-Capítulo 273-

—Entonces lo intentaremos de nuevo mañana —dijo Matilda calmadamente, imperturbable ante la posibilidad de que las cosas salieran mal.

—¿Y el Maestro Davian? —El ceño de Arthur se profundizó, descontento con la idea de tener que drogar al Maestro varias veces para lograr su objetivo.

Los ojos verdes de Matilda brillaron ante su pregunta, su malvada conspiración claramente escrita en su rostro.

Si Davian estuviera inconsciente durante la mayor parte de varias horas, podría conseguir que Savannah fuera tras él.

Si su hija también estuviera embarazada de Davian, eso les daría más control sobre él...

—Lo prometiste —le recordó Arthur—. No les pasará nada ni a mí ni al Maestro Davian.

—Oh, tranquilízate —dijo ella ligeramente, haciendo gestos con las manos—. Incluso si solo Davian muerde el anzuelo, podemos simplemente llevarnos al Omega macho mientras esté despierto.

—Davian estaría completamente inconsciente, llevarselo por la fuerza sería relativamente fácil —dijo Matilda.