-Capítulo 352-

Era difícil no pensar que Davian era adorable, esos hombros anchos encogidos, finos temblores recorriendo su cuerpo resplandeciente.

Lake reanudó sus caricias, pero concentró toda su atención en la punta sensible de Davian, captando los gemidos ahogados del Alfa.

—Pero suena como si doliera —dijo Lake de manera condescendiente, acariciando la abertura de Davian y hundiendo dientes afilados en el pezón del Alfa.

Davian no tuvo la oportunidad de refutar las afirmaciones de Lake porque estaba corriéndose en las manos del Omega, las venas sobresaliendo mientras sus músculos se tensaban.

Lake quedó estupefacto ante esto, apenas había estimulación en el pene de Davian. De todas las formas en que esperaba que sucediera, esto no era.

Acarió al Alfa suavemente a través de su orgasmo, apenas podía sostener su peso cuando se apoyó en él.

—¿Estás bien? —preguntó Lake suavemente, su voz amortiguada porque Davian lo había atraído hacia un abrazo apretado, genuina preocupación hilando su voz.