+Capítulo 429+

Ángelo tenía una expresión indiferente en su rostro mientras caminaba con Nikolai hacia un pequeño y acogedor restaurante. Estaba comiendo más en su tiempo involuntario con el Rey de la Mafia que lo que Silvia jamás había logrado que él hiciera.

Era lo suficientemente temprano para que solo hubiera unas pocas personas en el restaurante, Nikolai eligió sentarse en las mesas bajo el toldo afuera del restaurante.

Ángelo no tuvo más remedio que sentarse rígido junto al Rey de la Mafia, destacándose entre los muebles blancos estéticos. Una canasta de flores recién cortadas estaba en el centro de la mesa de madera, la fragancia de las petunias rosa pálido y el café recién hecho llenaban el espacio.

—¿No vas a comer? —tuvo que preguntar Ángelo cuando una camarera de rostro radiante vino a tomar su pedido, ella no parecía conmocionada por la presencia de Nikolai.