Ángelo obedientemente se dejó llevar de vuelta a la mansión, absorto durante el viaje en coche. Si no estuviera caminando detrás de los hombres de Nikolai, habría ido derecho hacia las escaleras. En el ascensor, se quedó mirando las paredes metálicas, sin estar en guardia a pesar de estar en un ascensor lleno de hombres.
Se subió a la cama cuando fue llevado a su habitación habitual por una cara familiar, su cuerpo se sentía inerte, era demasiado trabajo mantener los ojos abiertos. Por primera vez en mucho tiempo, sintió lo que era tener sueño.
Ángelo no recordaba haberse dormido, despertándose horas después de un sueño sin sueños cuando el sol se ponía. Hubo un golpe en la puerta mientras abría los ojos aturdido, Ángelo se obligó a levantarse de la cama— Nikolai no tocaría la puerta.
Y tenía razón, otro Alfa estaba de pie al otro lado de la puerta, era una cara familiar, uno de los hombres de Nikolai que siempre estaba de guardia justo afuera de su habitación.