El Discípulo

El duque caminaba a grandes pasos por los largos pasillos de la mansión Ashter, el resonante eco de sus pesados pasos rebotando en las altas y gastadas paredes. La inquietante quietud del lugar se estaba volviendo abrumadora cuando un súbito caos de ruidos incoherentes llegó a sus oídos desde una de las habitaciones en el extremo del segundo piso.

Damián se detuvo, contemplando si debería investigar la fuente del alboroto. Sin embargo, el subsiguiente sonido de los chillidos agudos de una mujer le hizo decidirse rápidamente. Se dirigió con prisa hacia la habitación abierta al final del corredor, donde presenció a Rafael jalar violentamente del cabello a una sirvienta, cuyo rostro lloroso ya mostraba las marcas de abusos anteriores.

Y en ese momento, reconoció a la sirvienta del día en que había rescatado a Rosalía del accidente de carruaje en el distrito comercial de la capital.