—¿Está absolutamente seguro de esto? —preguntó Damián, dirigiendo una mirada inquisitiva hacia Félix, su fiel ayudante.
En respuesta, Félix emitió un profundo y cansado suspiro y sacudió su cabeza plateada.
—Sí, Su Gracia, estoy completamente seguro de este curso de acción.
—Todavía no llego a comprender cómo dulces podrían posiblemente ayudar a alguien con tan graves dolencias físicas.
El duque observó la tienda, sus oscuras cejas juntas en una expresión de preocupación. A pesar de las calamidades que habían azotado el Festival de la Cosecha, la rápida acción de las autoridades y las urgentes directrices del Emperador habían asegurado que los sectores más cruciales de la Capital, incluido el Distrito Comercial, fueran rápidamente restaurados. Ahora continuaban operando como si las recientes desgracias nunca hubieran ocurrido.