—Señorita Shen, Suo Luo... —dijo Situ con una sonrisa.
—Gracias por la molestia —dijo Shen Li con una sonrisa.
Mirando a Situ, no pudo evitar pensar en Han Mochen que acababa de ver. Debido a que la diferencia de tiempo fue tan corta, no pudo evitar comparar a Han Mochen con Situ.
Apariencia, temperamento, impresión...
No, no había comparación.
No era porque fueran de mundos diferentes, sino más bien, había un sentimiento que no podía clasificar a Han Mochen. Su corazón estaba agarrado por una sensación de extrañeza indescriptible, aunque él fuera simplemente un profesor universitario.
Su temperamento era simplemente demasiado excepcional; ese aura académica lo hacía parecer demasiado distante. También le causaba tener pensamientos descabellados.
—Hola, jefe —dijo Suo Luo inquieta a Situ.
—Hoy somos amigos cenando, solo llámame por mi nombre —dijo Situ con una sonrisa.