Shen Li abrió los ojos y su primera reacción fue que llegaba tarde.
Ignorando su cuerpo dolorido y débil, había planeado saltar de la cama y correr al baño, pero entonces se dio cuenta... sus piernas estaban débiles y completamente no respondían.
—Canalla... —Shen Li maldijo con total indignación.
Luego levantó la vista y vio la cara del canalla. Huo Siyu, en bata de baño, emergió del baño. Recién duchado, gotas de agua caían de las puntas de su cabello, aferrándose a su torso superior, mostrando una fisiología incomparable.
Pero Shen Li no estaba de humor para apreciarlo; casi lo odiaba hasta la muerte. Si por esta razón perdiera el examen...
—¿Qué acabas de decir? —Huo Siyu preguntó con gran interés, observando el rostro pequeño de Shen Li donde la furia y la timidez se entrelazaban, se sentía excepcionalmente feliz.