—¿Ese niñito negro realmente nació de Qiu Yuan? —preguntó Shen Li seriamente.
El parto de Qiu Yuan fue casi transmitido en vivo y parecía muy real, pero Shen Li sabía que sería simple intervenir en el proceso.
Qiu Yuan era tonta, pero ¿una mujer como ella se interesaría por un hombre negro, y menos aún tendría un niñito negro?
Especialmente la foto que acaba de recibir era demasiado... inimaginable para continuar el pensamiento.
—Pfft~~ —Dongfang estalló en risas y dijo burlonamente—, ¿Por qué no podría tener un niñito negro?
—Ella... —Shen Li se quedó sin palabras.
—El mayor castigo para una ladrona es cuando cree que ha robado la semilla de un dragón, pero termina dando a luz a una rata —dijo Dongfang con una sonrisa.
Shen Li entendió al instante y dijo:
—Quieres decir, Qiu Yuan ha robado...
—Sí, ¿de dónde más vendría el vientre? Ella creía que había tenido éxito —dijo Dongfang, aún sonriendo.