En la noche oscura y cerrada, Shen Li corría, una bestia la perseguía.
La escena se sentía extrañamente familiar, como si hubiera sucedido antes, o tal vez era la continuación de un sueño anterior.
—Huo Siyu, Huo Siyu... —ella llamaba fuertemente.
¿Por qué él no acudía a salvarla, por qué no venía...?
Los pasos de la bestia se volvían más urgentes, finalmente alcanzándola, y con un salto, la derribó al suelo.
—Ah... —Con un grito agudo, Shen Li cayó, y en ese instante, finalmente vio claramente a la bestia...
—Huo Siyu... —Despertada sobresaltada de la pesadilla, Shen Li sintió un escalofrío helado en su corazón.
Huo Siyu, Huo Siyu, resultó que ella lo llamaba a él, no a Shen Yu.
Pero en el momento en que despertó del sueño, también vio muy claramente, quien se había lanzado sobre ella, devorándola brutalmente, era Huo Siyu...
Pensarlo era verdaderamente irónico.
Sin querer, las lágrimas comenzaron a derramarse de sus ojos.