La enfermera había entregado el paraguas y la ropa, pero para entonces, Shen Li ya estaba completamente empapada.
Con un paraguas en mano, Dongfang envolvió a Shen Li en las ropas secas. Las amplias prendas del hombre la envolvían casi por completo.
En marcado contraste, la palidez y fragilidad de Shen Li eran aún más pronunciadas.
—No te puedes permitir enfermarte de nuevo —dijo Dongfang irritado, sus ojos llenos de un cuidado inmenso.
Cuba tiene un clima tropical con altas temperaturas en la isla, así que mojarse con la lluvia no es un problema grave.
Sin embargo, Shen Li acababa de empezar a recuperarse de una neumonía, y ser atrapada por la lluvia podría afectar su recuperación.
—Shen Li, ¿por qué no puede ser feliz nunca...?
En cuanto entraron por la puerta principal de la villa, el mayordomo, doctor, enfermera y criadas salieron a recibirlos, todos con expresiones ansiosas.