—La aparentemente interminable rapiña había dejado a Shen Li completamente desconcertada sobre cuándo había terminado esa casi frenética entrega al amor.
—Su cuerpo se sentía como si hubiera sido completamente drenado, y abrió sus cansados ojos, su cerebro incapaz de pensar con claridad.
—Grabaciones incesantes, todas de ella y Huo Siyu...
—Cuando él se cansaba de ellas, las liberaba para humillar a Shen Yu.
—Toda la paciencia de Huo Siyu parecía haberse agotado, revelando su verdadera naturaleza.
—La razón fundamental por la que los hombres halagan a las mujeres es por sexo...
—Señorita Shen, está despierta... —la criada, Jenny, había estado a su lado todo el tiempo, cuidando de ella.
—La última vez que Shen Li había dormido en el sofá de la concubina noble, la criada revisaba su estado cada media hora hasta que Shen Li cayó de la cama, y la criada personal fue severamente castigada por el mayordomo.