El mantel tenía dos capas, y la capa superior con un patrón floral rosa fue lanzada al suelo, revelando el blanco de debajo, que se veía especialmente puro e impecable bajo la luz.
—¿?
Shen Li se quedó atónita.
El giro repentino de los acontecimientos dejó que su primer instinto fuera salir corriendo; esta era su naturaleza de pequeño animal, el impulso de huir y salvar su vida ante el peligro.
—Estoy llena, yo... quiero subir a descansar... —dijo Shen Li, casi corriendo hacia la puerta.
Huo Siyu había volcado la mesa del comedor. Con ese gesto, parecía listo para devorarla.
Oh, ella no quería eso —ser considerada una comida, ser devorada en la cocina, mejor olvidarse de eso.
—¿A dónde crees que vas? —Huo Siyu envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Shen Li, su rostro mostrando una amplia sonrisa.
La reacción de Shen Li fue ciertamente rápida, pero bajo su control...
Nunca podría escapar. Esto había sucedido innumerables veces antes.