Un dedo no es suficiente (R-18)

Sus jugos del amor fluían, haciendo su cueva resbaladiza. Ya no podía contenerse e insertó su dedo medio. —Ahhh... —gimió suavemente, mientras el placer la llenaba al empujarlo más adentro. Su dedo se deslizaba dentro de ella, excitándola aún más. Lo movía hacia adentro y hacia fuera, imaginando la gruesa y musculosa vara de Cuervo tomándola.

Tras unos minutos de gemidos incesantes, se dio cuenta de que algo faltaba. —Un dedo no es suficiente. Su pene es grande y grueso —pensó. Añadió otro dedo, moviéndolos dentro y fuera, el placer se intensificaba mientras sus jugos del amor fluían libremente. Sus gemidos se hacían más fuertes. Finalmente, añadió un tercer dedo, sintiendo el grosor que era perfecto para ella.

Movía sus dedos más y más rápido, entrando y saliendo, creando un extraño ruido en el agua, acompañado de sus gemidos desesperados. El placer se construyó hasta alcanzar un pico insoportable.