—Te lo he dicho tantas veces antes, no te me acerques. Si sigues siendo tan descarado, no me quedaré de brazos cruzados.
—Ja.
Mientras él oía las palabras de rechazo de Serafina, el rostro arrogante de Fernando cambió y pronto se reveló su rostro frustrado.
Pasó una mano por su cabello con un movimiento brusco e irritado; su calma y aura de Nobel se transformaron directamente en algo más, su verdadera naturaleza...
—¿Qué? Esto no es lo que Arjan me dijo. No esperaba que fueras así.
—...¿Perdona?
Por un momento, Serafina sintió que su mente se había quedado en blanco. Él había oído algo sobre ella—de alguien más. Ella estaba sospechosa, ¿quién podría ser? ¿Habla sin sentido? ¿Sabía algo?
—¿Qué dijo Arjan?
—Ella me dijo que no te importa cuando la gente se te acerca.
—¿Qué se supone que...
—He oído todo. ¿No es así como sedujiste al Duque? Abriendo las piernas incluso antes del matrimonio...