Punto de vista de Luna
—Vamos, Elta —dijo Damian, entrando en la sala de estar.
Ha estado dentro del estudio hablando con Dominick durante más de treinta minutos... Me pregunto de qué estarían hablando.
Su hermana, que había estado ocupada con su teléfono en el sofá, levantó la vista hacia él. —No puedo irme ahora mismo, quiero pasar un tiempo con Dominick —se cruzó de brazos.
—Como quieras, siempre puedes pedirle a Dominick que te lleve a casa —él rodó los ojos y comenzó a alejarse antes de detenerse frente a mí. —¿Cómo estás? —preguntó, con una sonrisa burlona en los labios—. No terminamos nuestra discusión allá en esa fiesta.
Miré hacia otro lado, sin saber qué decirle.
—Ya sabes, algo me resulta extraño de ti... e incluso de Dominick —asintió pensativo—, pero no puedo precisar qué es.
—No sé de qué estás hablando —dije, mirándolo a través de mis pestañas.