Renunciando al Centro Comercial.

Punto de vista de Dominick

La expresión en sus rostros casi me hace soltar una risita, pero mantuve una cara seria, observando cómo Nina se levantaba de inmediato mientras Luna desviaba la mirada avergonzada.

—Lo siento mucho, jefe —Nina bajó un poco la cabeza—. Estaba... solamente...

—Está bien, ya te puedes ir —la despedí, asegurándome de que estuviera fuera de la vista antes de enfocarme en Luna—. Parece que te cae muy bien Nina.

—Sí —asintió, todavía evitando mirarme—. También era una buena amiga para Sol.

—¿Estás bien? —pregunté, examinando su rostro con curiosidad—. No te veo muy animada.

Ella se levantó, pasando los dedos por su cabello. —Es Alen —dijo—. Corté con él.

—Hmmm —asentí pensativo—. Supongo que esa fue la razón por la que se le veía triste. Te sientes mal, ¿verdad?

—Sí, sí —dijo ella—. No debería haberle dado falsas esperanzas.

—No, no deberías haberlo hecho —yo estuve de acuerdo con ella, pero ella frunció el ceño.

—¿Qué? —me encogí de hombros.