Pensamiento Malvado.

Punto de vista de Luna

Mi corazón casi salió de mi cuerpo cuando Joel se agachó y buscó debajo de la cama. Esto es todo. Así de simple, mi pequeño plan ha sido arruinado.

Pero para mi sorpresa, Joel se levantó y se encogió de hombros. —No veo nada, jefe.

—¿Es así? —preguntó Marcelo, aún un poco escéptico.

—Sí, señor, está despejado.

Marcelo me lanzó una mirada penetrante un momento más antes de volver su atención a Joel. —Está bien —asintió Marcelo, tomando asiento en el sofá—. ¿Cómo estás hoy? —Me preguntó.

—¿Cómo crees que estoy? —respondí, tratando de mantener mi voz estable.

—Relájate, vale —dijo con una sonrisa burlona—. Muy pronto, tu novio tomará su decisión. ¿Entregará el dispositivo por ti? Solo el tiempo lo dirá.

Aprieto mis puños, intentando suprimir la rabia que hierve dentro de mí. —Él vendrá por mí —dije, más para asegurarme a mí misma que para convencer a Marcelo.