Capítulo 15: Enfrentando la Tormenta

El aire seguía cargado de tensión tras la batalla con las Dracaenae. Percy, Selene y Annabeth se agrupaban en el claro, tratando de calmar sus corazones aún agitados. El eco de la pelea resonaba en sus mentes, pero había algo más en juego. El peligro aún acechaba, y la inminente tormenta que se aproximaba llenaba el aire de inquietud.

—Necesitamos reforzar las defensas del campamento —dijo Percy, su voz firme mientras miraba a sus amigos. El brillo de determinación en sus ojos era contagioso.

—Sí, pero no podemos hacer esto solos —respondió Annabeth, sintiendo el peso de su traición aún presente. Miró a Selene—. ¿Dónde están los demás campistas?

En ese momento, Grover llegó corriendo, su rostro pálido y preocupado.

—¡Chicos! He oído rumores de que más criaturas se dirigen hacia aquí. Necesitamos reunir a todos —dijo, su voz entrecortada por la urgencia.

—¿Qué tipo de criaturas? —preguntó Selene, frunciendo el ceño.

—No lo sé, pero parecen estar organizadas. Hay que prepararse para cualquier cosa —respondió Grover, respirando profundamente.

De repente, una voz familiar resonó en la distancia. Luke Castellan apareció con un grupo de semidioses, incluyendo a Clarisse, Nico y los hermanos Stoll.

—¿Qué está pasando? —preguntó Luke, su mirada analizando rápidamente la situación.

—Dracaenae atacaron, pero están bajo control. Sin embargo, tenemos que prepararnos, hay más en camino —respondió Annabeth.

Clarisse avanzó, cruzando los brazos con determinación.

—¿A quién tenemos que golpear para que se detenga esta locura? No tengo tiempo para jugar al escondite —dijo, su actitud combativa resaltando su deseo de proteger a su campamento.

—Al parecer, no solo estamos lidiando con eso —dijo Percy, dirigiéndose a los nuevos llegados—. Grover escuchó que más criaturas vienen. Necesitamos todos los campistas que podamos reunir.

En ese momento, Katie Gardner, Leo Valdez, Piper McLean y Calypso se unieron al grupo. La presencia de Leo, con su energía característica, iluminó el ambiente.

—¿Quién necesita un plan? ¡Porque yo tengo uno! —exclamó Leo, mientras comenzaba a dibujar en la tierra con un palo—. Podemos construir algunas trampas. Nadie puede resistirse a un buen truco.

—Ese es un buen comienzo, pero necesitamos que todos se mantengan juntos y en guardia —dijo Nico, sus ojos oscuros brillando con determinación—. No podemos permitir que nos tomen por sorpresa de nuevo.

Mientras el grupo discutía estrategias, Rachel Elizabeth Dare apareció, su mirada alerta y preocupada.

—He tenido una visión. Algo oscuro se acerca, y no es solo las criaturas. Hay un poder que está tratando de desestabilizarnos. Necesitamos unir fuerzas y estar preparados para lo que venga —advirtió, su voz llena de urgencia.

La tensión aumentaba en el aire mientras cada uno de los semidioses comenzaba a prepararse. Selene observaba a su alrededor, sintiendo la energía del grupo. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero la camaradería entre ellos era palpable.

—Voy a hablar con Charles. Necesito que sepa lo que está sucediendo —dijo Selene, mirando a Percy y Annabeth, quienes la miraron con comprensión.

—Nosotros también estaremos aquí para ti, Selene —respondió Annabeth, sintiendo la presión de sus propias decisiones.

Selene asintió y se dirigió hacia el campamento, sintiendo cómo la culpa la acompañaba. Tenía que ser honesta con Beckendorf, y aunque el miedo la aterraba, sabía que era el momento adecuado.

En el bosque, Inti y Thalia habían encontrado un momento de paz en medio del caos. La conexión entre ellos seguía ardiendo, y el deseo era innegable. Pero el sonido distante de gritos los sacó de su trance.

—¿Qué fue eso? —preguntó Thalia, mirando a Inti con preocupación.

—No lo sé, pero parece que hay problemas en el campamento —respondió Inti, sintiendo que su corazón se apretaba. Había dejado de lado sus responsabilidades por un momento, y ahora sabía que debía regresar.

Ambos comenzaron a moverse rápidamente hacia el campamento, sintiendo la urgencia en el aire.

—Inti, gracias por esta noche —dijo Thalia, su voz suave. Aunque sabía que solo era una noche, había algo significativo en lo que habían compartido.

—Siempre estaré aquí cuando necesites disfrutar de la vida, Thalia. Eso nunca cambiará —respondió Inti, su mirada llena de sinceridad. No importaba lo que sucediera, sabía que su lealtad al campamento era inquebrantable.

A medida que se acercaban al campamento, la atmósfera se tornó tensa. La luz de las hogueras iluminaba a los campistas, y la preparación para el enfrentamiento comenzaba a tomar forma. Todos estaban listos para defender su hogar.

De vuelta en el campamento, los semidioses se organizaban. Percy, Annabeth, Grover y Nico lideraban el grupo, con las estrategias de Leo y las advertencias de Rachel resonando en sus mentes.

—Bien, escuchen todos —dijo Percy, alzando la voz para captar la atención de todos—. Tenemos un peligro inminente, y necesitamos estar listos. Cada uno de ustedes tiene habilidades únicas que pueden marcar la diferencia.

Los hermanos Stoll se acercaron, sus rostros iluminados por una sonrisa traviesa.

—Siempre estamos listos para una buena pelea —dijo Travis, mientras Connor asentía con entusiasmo.

—Y si eso implica más trampas y trucos, cuenta con nosotros —agregó Connor, guiñándole un ojo a Leo.

Katie y Piper se preparaban también, cada una sintiendo el peso de la responsabilidad en sus hombros.

—No olviden que somos un equipo —dijo Piper, su voz firme—. Juntos, somos más fuertes.

Mientras todos se reunían, la luz de la luna iluminaba el campamento, y el fuego de la hoguera parecía reflejar la determinación en sus corazones. Selene regresó justo a tiempo para escuchar el plan de acción.

—Estamos listos para lo que venga —dijo Annabeth, su mirada decidida—. No dejaremos que nos derriben.

Selene asintió, sintiendo que el fuego en su interior se avivaba. Sabía que debía enfrentar sus propios demonios, pero en ese momento, el campamento era su prioridad.

El grupo se preparó, cada semidiós sintiendo la camaradería y el apoyo mutuo. Mientras la oscuridad se cernía sobre el campamento, estaban listos para enfrentar el caos, juntos.