No importa qué.
Desde que el Sacerdote Demonio ha aparecido.
Eso significa que el duelo entre dos comandantes ha comenzado.
—¡Recibe otro golpe más! —Lei Zhenghai extrajo rayos de la Madera Atronada y golpeó a través de la Montaña Frontera.
La Sacerdotisa Demonio tocó instintivamente su cuello.
Solo para recordar que aquel sinvergüenza le había robado su collar.
Pero no se puso en pánico.
Con solo un pensamiento.
El enorme títere de cadáver muerto a su lado se levantó en el aire y se lanzó sobre el rayo.
Mientras la luz del trueno relampagueaba.
El títere de cadáver muerto explotó en innumerables pedazos, esparciéndose y quemándose en el suelo.
—¡Hmph! ¿Eso es todo lo que tienes? —Ella pisó con fuerza.
Los títeres de cadáveres muertos a sus pies, junto con el ejército, cargaron hacia la cima de la Montaña Frontera.
La pendiente nevada y rocosa.
Ya no podía retenerla, llevando a la Sacerdotisa Demonio, que subía fácilmente a media montaña.