Jiang Fan estaba muy interesado.
Primero, ya era competente en algunos guiones de la Raza Demonio; ¿quizás podría desbloquear la caja de reliquias?
En segundo lugar, ¿podría esta reunión ser una salida temporal de la Corte del Emperador Demonio? ¿Podría haber una oportunidad de escapar?
Esta era una buena oportunidad para dejar la Raza Demonio.
Sin embargo, Liu Li era muy resistente; parecía reacia a ir.
Los ojos de Jiang Fan parpadearon ligeramente mientras decía:
—¡Liu Li, no vayas!
—Dado que esta chica tiene malas intenciones, evitemos la confrontación por ahora.
—En el peor de los casos, otros se burlarán de nosotros. Pretendamos que no lo escuchamos.
Las dos primeras frases le sentaron muy bien a Liu Li.
Pero cuando escuchó la última frase, sus cejas se fruncieron:
—¿Qué quieres decir?
—¿Yo, la hija del Emperador Demonio, estoy preocupada por ella?
—Además, ¿por qué debería aguantar?
—¡Regresa y dile que estaré allí a tiempo!